miércoles, 6 de mayo de 2015

Charlie Hebdo: ¿quíen es extremista?

Fundamentación

 Desde sus inicios, Charlie Hebdo fue una revista radical y muy criticada en Francia, sus editores recibían constantes amenazas de los grupos extremistas para la cancelación de la revista. Por 23 años la revista mantuvo sus publicaciones, hasta que el 7 enero del 2015 las palabras se volvieron hechos: un grupo extremista islámico estremeció al mundo al ingresar armados a las oficinas en Paris de la revista, asesinando a 12 personas.

 Considero que éste es un suceso que debe ser discutido, puesto que muestra al mundo la problemática de la intolerancia en algunos grupos culturales y un modo en que ésta puede afectar a la “sagrada” libertad de expresión. El contexto sociopolítico internacional actual sacraliza los derechos civiles, en tanto cuestiona y hasta criminaliza el fundamentalismo religioso islámico. Una argumentación seria de este tópico requiere alejarse de los clichés escolares que defienden a ultranza el libre ejercicio irresponsable de los derechos civiles. El artículo de opinión es el texto periodístico más adecuado para tratar el tema debido a que permite abordarlo desde una mirada subjetiva argumentativa personal. En el artículo quiero plantear mi propia visión cultural y hacer un debate moral de este acontecimiento con características radicales. Este escrito esta diseñado para ser publicado en página web para evitar la censura editorial y permitir su libre lectura.










Articulo

 El atentado a la revista Charlie Hebdo, un suceso que noqueó al mundo, fue en sí mismo un atentado contra la libertad de expresión extrema de este semanario. Charlie Hebdo lleva años publicando sus tiras satíricas haciendo alusión directa a  árabes, católicos, judíos, políticos, entre otros. Mucha gente considera que Charlie Hebdo es la perfecta manifestación de la libertad de expresión. Los editores de la revista consideraban que ellos tenían el derecho de poder criticar, ridiculizar e inclusive humillar a todo el mundo. Por estas   polémicas publicaciones, los editores de Charlie Hebdo, incluso fueron amenazados de muerte por grupos extremistas. En respuesta a estas amenazas, Stéphane Charbonnierno, editor del semanario, declaró en una entrevista: “No tengo miedo de las represiones, no tengo hijos, esposa, auto ni crédito. Probablemente esto parezca exagerado,  pero prefiero morir parado que vivir de rodillas” haciendo alusión a su concepción fundamentalista de los derechos civiles. Como se puede ver el pensamiento del editor, es que tiene el derecho a expresarse libremente sin limitaciones y que no debe sucumbir ante la presión de las masas opositoras, bajo ningún punto de vista ni de ninguna amenaza. Pero, ¿hasta qué limites puede considerarse válida la libertad de expresión?, ya que, en la práctica, el ejercicio de esta libertad está llena de discriminaciones, mofas y prejuicios sobre grupos religiosos culturales y sociales que gozan de los mismos derechos y libertades que Charlie Hebdo publicita con arrogancia. ¿Acaso no vulnera diariamente Charlie Hebdo la libertad religiosa y el derecho a la no discriminación de los distintos grupos socioculturales a los que se refiere sarcásticamente?

 Desde el punto de vista de los grupos radicales, que se vieron ridiculizados e humillados por esta revista, ésta atentaba continuamente contra sus más profundas creencias, lo que evidentemente generó continuos disgustos y roces nacionales e incluso internacionales. El Papa, la máxima figura de la Iglesia Católica, cuando en una entrevista le consultaron su opinión sobre el atentado a Charlie Hebdo dijo "Si el doctor Gasbarri dice una mala palabra en contra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo... ¡Es normal!”. De este modo, es comprensible que cuando se insultan las creencias que definen a un grupo o elementos considerados valiosos por éste, se pueda esperar una reacción hostil o francamente violenta. Se debe recordar que los distintos grupos sociales, culturales o religiosos tienen formas distintas y características de reaccionar a las hostilidades. En el caso del fundamentalismo islámico, la guerra santa y la persecución de los infieles consagrada en sus escritos justifican actos tan deplorables como lo fue este atentado. Es decir, sólo bastaba el esperar para que se produjera un hecho sangriento y lamentable como el ocurrido. Así es como estos grupos consideraron que la forma más efectiva de acallar estas blasfemias, en vista de que sus protestas no tuvieron efectos en la revista, fue este atentado ante los editores. Además, este no fue el primer incidente serio contra la revista, con anterioridad el edificio de edición de la revista Charlie Hebdo fue incinerado por grupos extremistas. Por ende este hecho se podía predecir.

 Los terribles acontecimientos se produjeron tanto por la cruel sátira de la revista como por la esperada mala recepción de parte de los grupos extremistas que se vieron incapaces de tolerar tal burla a sus creencias. Creo que ambos grupos actuaron indebidamente. En primer lugar, la revista Charlie Hebdo se burló y humilló con ironías superficiales, sin mayor profundidad, de la cultura musulmana. En el fondo lo que la revista estaba haciendo era burlarse prejuiciosamente, manoseando con vulgaridad la libertad de expresión, sólo con un banal objetivo humorístico, disfrazado de sátira, de diversos grupos culturales únicamente  por ser distintos en sus creencias y usos culturales. Además, esta utilización irresponsable de los medios de comunicación, fomenta la discriminación y los prejuicios sobre estos grupos, amparándose en el derecho a la libertad de expresión para justificarse. A mi parecer la libertad de expresión debe tener un  límite, con esto me refiero a que toda persona puede expresarse libremente, siempre y cuanto evite degradar o insultar a otras formas de pensamientos diferentes a la suya, “tu libertad termina donde comienza la del otro”. Algo que Charlie Hebdo no aplica.

 Por otra parte, la reacción completamente injustificada y deplorable, pero comprensible, por parte de este grupo radical islámico, atenta contra las bases de la ética universal del hombre, por ende, no hay un argumento para respaldar un homicidio. La letra siempre sobrevive al hombre, las sátiras de Charlie Hebdo nunca han sido más reproducidas y famosas como después del atentado, esto se ha traducido en una contra propaganda mayor aún para el mundo islámico y un fortalecimiento  de todos aquellos que los critican reiteradamente. Desde el punto de vista occidental, donde la tolerancia es considerada una virtud social, atentados como éste son impensados, crueles y exagerados. El fundamentalismo de los grupos islámicos, llega a niveles de intolerancia tal, que pueden ser considerados un peligro social.

 Para finalizar me gustaría dejar en claro que mi opinión no respalda ni mucho menos apoya a ninguno de los dos bandos, ni la revista ni a los terroristas islámicos, considero que ambos son extremistas. “Extrema se tangunt”, los extremos se tocan, dicho latino que cobra valor en este caso, a mi parecer tanto como la conducta de Charlie Hebdo como la reacción del grupo islámico son igual de éticamente reprochables y son fruto del mismo tipo de extremismo. En consecuencia la libertad de expresión debe ser ejercida con prudencia y resguardando los límites para no pasar a llevar la práctica de otras libertades. Sin embargo legislar al respecto parece peligroso, porque se puede caer fácilmente en la censura.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario